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❎Agua verde en piscinas: motivos y soluciones

Motivos y soluciones agua verde piscina

Agua verde en piscinas: motivos y soluciones.

Si te encuentras el agua de tu piscina de color verde, no te preocupes, es algo común y fácil de solucionar. La causa habitual del agua verde es la presencia de algas, que se producen por una combinación de factores como exceso de fosfatos, falta de cloro, pH desequilibrado, la falta de mantenimiento, suciedad en el agua, temperatura de agua elevada, falta de filtración, entre otros. 

Sigue estos pasos y te aseguramos que tu piscina se pondrá transparente más pronto de lo que crees. 

Agua verde en piscinas. Algas

Temperatura de agua elevada.

La reproducción de algas comienza a partir de 11º-12º de temperatura. Cuanto mayor sea la temperatura del agua, mayor será su capacidad de reproducción.

Para prevenir su aparición, actúa antes de las semanas de mayor temperatura del verano y no hibernes tu piscina hasta que el agua esté por debajo de 18ºC.

Mide el nivel de fosfatos.

Los fosfatos son el alimento preferido de las algas. Si deseas evitar la proliferación de algas en tu piscina, es fundamental controlar su presencia y eliminarlos. 

Aunque son muy necesarios en jardinería ya que ayudan a tener plantas sanas, en el mantenimiento de la piscina la presencia de fosfatos en tu piscina suele ser motivo de proliferación de algas resistentes y que costará eliminar.  

Los fosfatos pueden llegar al agua de la piscina a través de la lluvia, el viento, los bañistas, la vegetación cercana, el abono de césped, el uso de aguas de pozos o de plantas de reciclado.  

Para saber si tu piscina tiene fosfatos tienes varios metodos, desde tiras analíticas a equipos de fotometria como el analizador digital scuba 3s, que mide 11 parametros entre los que se encuentran los fosfatos.

Es importante tener en cuenta que siempre habrá cierta cantidad de fosfatos en el agua, pero el nivel de seguridad máximo se sitúa en 125 ppb. Por encima de ese nivel las algas encontrarán su entorno perfecto para crecer y reproducirse.

Al reducir los fosfatos, reducirás la posibilidad de que aparezcan algas en tu piscina y, sobre todo, que las algas reaparezcan de forma periódica en tu piscina, obligándote a hacer ciclos de cloración de choque cada poco tiempo. 

Cuando el nivel de fosfatos supere el límite máximo, la manera de reducirlos es usar un eliminador de fosfatos siempre antes de cualquier tratamiento de choque que implique presencia de algas. 

Para eliminar fosfatos, comienza con un lavado y enjuague del filtro de la piscina y luego aplica el eliminador de fosfatos en las dosis recomendadas por el fabricante. Deja que la bomba filtre el agua durante 24 horas para que el producto se distribuya por toda la piscina. 

Eliminar los fosfatos acabará con el alimento de las algas, pero no las eliminará de la piscina, para ello deberemos seguir con el siguiente paso: equilibrio de pH y cloración de choque.  

Comprueba el nivel de alcalinidad y pH.

El cloro es muy poco efectivo con pH superior a 7.4. Además, el pH alto (superior a 7,4) es el entorno ideal para el crecimiento de algas.  

Antes de equilibrar el pH recuerda siempre equilibrar la alcalinidad ya que, si la alcalinidad es baja, el pH de tu piscina será muy inestable y el cloro actuará de forma irregular. 

Una alcalinidad correcta (entre 80-150) permitirá mantener un pH sólido y estable. Si la alcalinidad es baja, deberás añadir un aumentador de alcalinidad según las dosis del fabricante. Si la alcalinidad, por el contrario, es muy elevada, deberás reducirla utilizando minorador de pH liquido. 

Una vez que se haya alcanzado el nivel de alcalinidad adecuado, ajustaremos el pH. En condiciones normales, el nivel de pH debe estar entre 7,2 y 7,4 para garantizar un agua segura para los bañistas y asegurar la eficacia del cloro al mismo tiempo. 

Para la cloración de choque con el fin de eliminar algas, buscaremos un nivel de pH más bajo de lo normal, alrededor de 6,8. Este pH excepcionalmente bajo permitirá que el cloro actúe con mayor eficacia, ayudándonos a eliminar y oxidar las algas y bacterias de manera más rápida. Para aumentar o disminuir el nivel de pH, se pueden utilizar productos como el minorador o aumentador de pH. 

Realiza cloración de choque.

Una vez que los fosfatos han sido eliminados y la alcalinidad y el pH se encuentran en niveles adecuados, realiza un lavado y enjuague al filtro para asegurar que se encuentra en buenas condiciones para ayudar al proceso de eliminacion de las algas.

Si hay algas visibles en las paredes de la piscina, se recomienda cepillar intensamente justo antes de agregar el cloro alrededor del perímetro.

Justo después se procederá a realizar una cloración de choque siguiendo las dosis recomendadas por el fabricante.

Es recomendable utilizar productos clorados de acción rápida, como cloro líquido, hipoclorito cálcico en polvo o cloro rápido granulado. Es importante recordar siempre disolver el producto en un cubo con agua abundante y distribuir la solución alrededor del perímetro de la piscina. 

A recordar, asimismo, que si tu piscina es de liner o lamina armada tendrás que tener cuidado para no decolorar el liner o lamina armada. Realiza la hipercloración siempre disuelta en cubo y respetando las condiciones establecidas por el fabricante de liner o lámina armada.

Una vez que se han cepillado las paredes y se ha realizado la cloración de choque en el agua, se debe poner en marcha la filtración de la piscina durante 24 horas con la válvula en la posición «Filtración». 

Si se han seguido correctamente los pasos hasta este punto, es probable que el agua de la piscina comience a aclararse en 2 o 3 horas. 

Equilibra de nuevo alcalinidad, pH y cloro.

Una vez transcurridas las 24 horas de cloración de choque, es necesario lavar y enjuagar el filtro de la piscina para eliminar todos los residuos que se hayan retenido durante el proceso. 

Después de esto, es momento de volver a equilibrar el agua de la piscina para conseguir niveles adecuados para el baño, tales como una alcalinidad entre 80-150, un pH de 7,2-7,4 y un cloro libre entre 1-2 ppm. 

Conclusión.

La presencia de algas y agua verde en la piscina es un problema común que puede ser prevenido y tratado siguiendo una serie de pasos clave.

Es importante controlar regularmente los niveles de pH, alcalinidad y cloro libre, así como eliminar los fosfatos, para evitar que las algas crezcan y se desarrollen en el agua de la piscina. 

Controlando periódicamente estos parámetros y manteniendo una rutina de mantenimiento adecuada, podemos disfrutar de una piscina limpia y libre de algas durante todo el verano. Si tienes dudas o problemas de “algas rebeldes”, no dudes en contactarnos, estaremos encantados de ayudarte.

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